Dentro del segundo día de actividades en la agenda del Foro de la OCDE se programaron visitas guiadas a diversos sitios de la ciudad que hablan de su crecimiento sostenible, de su apuesta por la naturaleza y de las buenas prácticas laborales que impulsan el desarrollo, no solo de Barranquilla, sino de su capital humano.
Es el caso de Tecnoglass en el corazón industrial de Barranquilla, muy cerca del río Magdalena, y que transmite una historia de transformación social, orgullo regional y sostenibilidad con visión global porque allí donde se funde el vidrio y se moldea el aluminio, también se forjan oportunidades.
La secretaria general de Tecnoglass, Andrea Zambrano, rememoró que lo que comenzó en 1983 como una fábrica local hoy es un titán industrial que cotiza en la Bolsa de Nueva York y exporta el 95 % de su producción, en su mayoría hacia Estados Unidos. Pero lo más valioso que exporta Tecnoglass no se empaca ni se despacha en contenedores: es el modelo de empresa que cree en la equidad y el desarrollo social y sostenible.
Al respecto el secretario de Desarrollo Económico de Barranquilla, Richard Fernández destacó la importancia de estos recorridos programados dentro del Foro OCDE, señalando que “hemos venido llegando a estas grandes empresas como Tecnoglass, teniendo en cuenta que ellas han sido un acompañamiento de una transformación de ciudad entre lo público y lo privado.”
Fernández advirtió sobre la importancia de replicar la forma de gobernanza, de buenas prácticas laborales, de sostenibilidad y de inclusión que estas grandes empresas ejecutan en medio de una tecnología de punta que les da relevancia internacional.
“Hoy desde la Secretaría de Desarrollo Económico y con el bajo liderazgo del alcalde Alejandro Char, estamos demostrando que en Barranquilla tenemos una potencia empresarial importante, un sector portuario en un ecosistema de sostenibilidad que lo que pretende es dinamizar la economía local ante el mundo.”
La Fundación que ilumina barrios
En 2005, como una extensión natural de su filosofía empresarial, nació la Fundación Tecnoglass ESWindows, una plataforma para canalizar los esfuerzos sociales de la compañía. Su huella se expande principalmente en los barrios periféricos de Barranquilla, donde muchas veces el olvido institucional ha sido norma.
Ha desarrollado proyectos de infraestructura como la construcción de la Iglesia Santa María del Mar en el barrio La Playa (2008), la Glorieta de la Vía 40, y el CAI Las Flores, que hoy son íconos de recuperación urbana en las zonas aledañas a la empresa.
La fundación trabaja activamente en áreas como la promoción de la educación, la salud y la participación social, buscando mejorar la calidad de vida de las personas.
Para Andrea Zambrano sin una gobernanza, transparente en la toma de decisiones, sin una estrategia clara, no sería viable poder definir el resto de las decisiones y señaló que el crecimiento responsable y ético, es uno de los pilares fundamentales de la compañía.
“En el componente ambiental, la coeficiencia de innovación, es un propósito específico, es reducir la huella de carbono, es compensar nuestra huella. Nosotros no estamos obligados hoy en día a medir la huella de carbono. Sin embargo, lo hacemos desde el año 2016 y somos neutros desde el año 2021. porque se vuelve mucho más eficiente la manera como se procesa y al igual que el consumo de energía”
Zambrano enfatizó que el componente más importante de la empresa está en lo social. “El capital más importante para nosotros es el capital humano. Y el capital humano se refiere a que los estándares laborales sean adecuados. Aquí no discriminamos por raza, por nombre, por género, por afiliación política.”
Por eso, no fue una sorpresa que en 2024 fuera reconocida como una de las empresas líderes en sostenibilidad de Colombia.
Aulas, sueños y deporte en comunidad
La Fundación ha adoptado instituciones educativas como el colegio San Pablo, donde no solo ha remodelado baños, construido aulas y laboratorios, sino que también ha financiado la contratación de docentes y directivos. Andrés Tarazona explicó que más de 1.100 estudiantes estudian en mejores condiciones, con acceso a tecnologías y espacios dignos y que los empleados o hijos de estos, tienen acceso a la educación superior.
Junto a ello, programas como “Un Campo para Soñar y Crecer”, en alianza con la Fundación James Rodríguez, y “Vive Bailando”, han impactado a más de 150 jóvenes a través del arte, el deporte y la formación en valores. Para Tecnoglass, no se trata solo de donar, sino de transformar entornos.
Inclusión laboral desde adentro
Tecnoglass también ha construido un modelo laboral que prioriza el bienestar y la movilidad social. Más de 9.000 empleados —muchos provenientes de los mismos barrios donde interviene la Fundación— gozan de oportunidades que van más allá del salario.
Con el programa “Premiamos tu fidelidad”, por ejemplo, la empresa ha mejorado las viviendas de empleados con varios años de servicio, renovando cocinas, baños y fachadas, e invirtiendo millones por hogar. A eso se suman las becas educativas internas, que exigen excelencia académica a cambio de cubrir matrículas universitarias completas.
No es extraño escuchar entre los pasillos de la planta historias de hijos de operarios convertidos en médicos, ingenieros o abogados gracias al respaldo de la Fundación.
Legado y orgullo urbano
A esta historia se suman tres íconos que cambiaron el paisaje de Barranquilla: la Ventana al Mundo, la Ventana de Campeones y la más reciente Ventana de Sueños. Tres monumentos que Tecnoglass no solo financió, sino que diseñó como parte de una visión urbana de orgullo y reactivación social.
No son simples esculturas. Son puntos de encuentro, de turismo, de empleo informal. Allí se venden jugos, sombreros, helados, allí la gente se toma selfies y celebra lo propio.
Un modelo que trasciende lo industrial
Dentro de su política de desarrollo social, contemplan apoyo a la educación, salud y bienestar de las familias de sus empleados y de las comunidades vulnerables, especialmente la población infantil y colabora en proyectos de intervención social a través del deporte y el desarrollo de habilidades cognitivas y ciudadanas.
La compañía promueve la igualdad de género, el respeto por los derechos humanos y la seguridad en el trabajo, manteniendo espacios sin accidentes y aplicando las mejores prácticas de seguridad laboral.
De Barranquilla para el mundo
Tecnoglass ha integrado sistemáticamente sus procesos, desde la fabricación de vidrio y extrusión de aluminio hasta el diseño, ingeniería, manufactura y ensamblaje de ventanas y puertas.
Su complejo industrial en Barranquilla abarca más de 500,000 metros cuadrados. La empresa tiene una alta demanda, con un backlog de pedidos de más de un billón de dólares para los próximos 12-18 meses.
La empresa prioriza la gobernanza y la transparencia, con reglas claras, documentación exhaustiva y una política de cero tolerancia ante desviaciones del código de conducta.
Priorizar la sostenibilidad y el impacto social
Así mismo, el componente de sostenibilidad ambiental es un eje transversal. Zambrano explicó que la empresa ha implementado iniciativas voluntarias como la generación de energía solar (25% del consumo) y cogeneración con gas (más del 50% de la energía generada internamente). También se enfoca en la reconversión de maquinaria para mejorar la eficiencia energética y en la circularidad de productos, como el aprovechamiento del sol y el reciclaje.
La empresa tiene un gran impacto social a través de sus 9,600 empleados. Aunque la mayoría de los empleados de planta son hombres, las mujeres predominan en puestos gerenciales en el área administrativa.
Entre los beneficios para empleados están el programa de becas, mejoramiento de vivienda, ruta de transporte subsidiada, alimentación balanceada en el casino de la empresa y acceso gratuito a un polideportivo con diversas instalaciones deportivas.
Y todo eso ha sido posible gracias a una empresa que, desde el vidrio, aprendió a construir futuro.
Información y fotos de la Alcaldía Distrital de Barranquilla.